
Isabel, si llegas a entrar en el trullo, no te olvides de levantar la barbilla, adoptar tu mejor pose de diva-dignísima y espetarles a las reclusas "dientes, dientes, que es lo que les jode".
Y no te quejes, que por fin te vas poder jartar de comer conejo sin que nadie te critique.
2 comentarios:
Pues sí...
...Es una comedora de conejos.
Que no está mal, a mí de hecho me encanta.
Hay que bajare al pilón, di que sí
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